Hacemos la Señal de la Cruz cuando comenzamos y terminamos nuestras oraciones, cuando celebramos la Santa Misa, para otros cuando se van o nos despedimos, antes de empezar a manejar, o cuando pasamos por una iglesia.
En realidad, la Señal de la Cruz es una oración corta. Con esta, le pedimos a Dios que haga que nuestras oraciones cuenten y a la vez, profesamos dos verdades: La primera es el misterio mas grande de nuestra fe Cristiana que es la Santa Trinidad - El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cuando decimos "En el nombre de", profesamos que creemos que hay solo un Dios. No decimos "En los nombres de", lo decimos en forma singular, no plural. Cuando decimos "el Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" estamos diciendo que creemos que en un Dios hay tres personas Santas. La segunda verdad que profesamos es el trabajo de Cristo en la cruz. Esto lo demostramos cuando pasamos nuestra mano en forma de cruz de nuestra frente, al pecho y de hombro a hombro. Esta oración corta de palabras y acción no solo es para declarar nuestra creencia, también es una promesa para defender nuestra ideología, así sea siguiendo a Jesus, nuestro Señor y Salvador.
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Existen siete cosas que podemos hacer para asegurarnos poder tener una vida espiritual Católica sana. Aquí te las comparto:
Confesión Es importante confesarse minimo una vez al mes para poder tener el sacramento de reconciliación en tu vida. Oración Diaria Estar en contacto con Dios todos los días nos acerca mas a El. Misa Las lecturas y homilias te daran guia para poder vivir una semana recargada de fe. La Biblia Es importante conocer la palabra de Dios para poder tener hambre de saber de El. Ayuno El ayuno te permitira tener tu cuerpo limpio para recibir bendiciones de Dios. Lectura Espiritual Es necesario conocer vidas de Santos, de Religiosos que nos sirvieran como ejemplos. El Rosario La meditación y cercania a travez del Rosario nos ayudan a escuchar a Dios. 1- La Anunciación.
(Lucas 1, 30-32, 38) “El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo. Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tú palabra.” 2- La Visitación . (Lucas 1, 39-43) “En aquellos días, se levanto María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de donde a mí que la madre de mi Señor venga a visitarme?” 3- El Nacimiento de Jesús (Lucas 2, 6-11) “Y sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca algunos pastores se les presentó el Ángel del Señor, y les dijo: no temáis, pues os anuncio una gran alegría, os ha nacido un salvador.” 4- La Presentación (Lc 2, 22-25, 34-35) “Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón que esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción- ¡y a ti misma una espada te traspasará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.” 5- El Niño Perdido y Hallado en el Templo (Lc 2, 41-47) “Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Se volvieron a Jerusalén en su busca. Al cabo de tres días, le encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.” |